Saturday, December 16, 2006

Diciembre

Me escriben amigos desde distintas partes del país y del mundo: Zacatecas, Madrid, Tandil. En tanto, alguién a quien quiero se satura ante la narración de violencia que le llega por la radio y la televisión. Y yo veo una relación entre mis amigos viajeros y esa angustia de quien se da cuenta de lo irreparable de la perdida de un delfín chino de rio para siempre.
Efectivamente, los medios dan una imagen de un mundo empapado en sangre. Lo esta. Se demoniza a judios, cristianos y musulmanes - en realidad, a todo ser humano que sea distinto a la comunidad para la que esta destinada el mensaje- pero se pasan por alto los periodos históricos, las civilizaciones en que todas esas comunidades y otras pudieron convivir.
Quizá sea momento de recobrar un poco la confianza en el hombre. Hacer que los llamados a ejercer un amor y una humanidad no suenen tan abstractos, tan irrealizables, tan vacíos de contenido. Que se entienda que no hay amor sin justicia, ni igualdad. Que los llamados a la tolerancia no deben tolerar el hambre y la exclusión.
Para mí, el primer plano donde se debe realizar esto es la vida personal. Y aquí recuerdo que mis amigos me hablan del frío del invierno o de la lejanía hemisférica. Tan díficil es el amor y la compañia hoy día. Hoy día que es todo tiempo.