Sunday, September 21, 2008

Retorno a la obra de María Luisa Puga

Una lectura recurrente los últimos meses ha sido María Luisa Puga. Lo extraño del caso es que en realidad me refiero a una sola novela: Las posibilidades del odio (1978). La he releído morosamente capítulo tras capítulo. Al principio pensaba dedicarle algún ensayo académico (Veo la mirada fulminante de mi exasesor pidiendo más y mejores publicaciones en revistas especializadas mientras escribo esto). Y aunque la idea no esta descartada, en realidad no supero aún la lectura de alguien que conoce la tremenda dificultad de cuajar una historia y se encuentra frente a algo verdaderamente bueno. Sigo atrapado, incapaz de ver un constructo poético o un discurso estético en ese libro. No puedo llegar a ese nivel de lectura. Veo una autora magistral, una escritura que primero atrapa y que en la relectura, cuando uno comienza apreciar toda la malicia literaria, el punto fino que ensambla los distintos relatos embosca al lector sin que se de cuenta.
¿De que trata Las posibilidades del odio? En un cierto nivel, es una novela que explora distintas formas de experimentar la vivencia del otro (el otro como pueblo, como individuo, como persona), de aproximarse a él y entenderlo en cuanto humano en un marco muy especifico. Resulta que es una de las pocas novelas mexicanas ambientadas fuera de México: en Kenia para ser exactos. En ella se muestra la manera en que el proceso de colonización y descolonización africano es vivido y sufrido por distintos seres humanos de diferentes estratos sociales. Quiero recalcar que no es un tratado político o histórico. Es una novela sobre la identidad puesta cada vez más en cuestión, amenazada y transformándose a cada momento. Al ser la autora parte de la periferia del mundo desarrollado, pero no africana, puede acercarse a esa realidad sin los prejuicios de las sociedades involucradas en el proceso de construcción de las identidades africanas, pero a su vez lanzar luz sobre ciertos rasgos que los latinoamericanos no queremos tomar en cuenta: tanto el carácter neocolonial de nuestras sociedades, como nuestra ambivalencia ante el extranjero y los grupos étnicos internos.
Si, definitivamente. Hace falta el ensayo académico (Por cierto, en unos días voy a anexar alguna bibliografía al respecto porque no se vale antojar y no dar la dirección del restaurante).

Friday, September 19, 2008

Pausa

Aunque no he terminado la reapropiación de uno de mis últimos viajes a mi pasado e historia familiar (quizá el último de gran aliento hecho con mi padre, cada vez más reacio a los grandes desplazamientos), necesito cambiar el sentido de estas entradas a temas de otro tipo.
Lo bueno de viajar es que implican un debilitamiento de la entrega a la lectura (tan similares un acto al otro, que si no) y eso permite volver a viejas lecturas con otros ojos. Entonces, aunque salpicaré aquí y allá el blog con nuevos episodios de viaje, por el momento me voy a centrar en ciertas reflexiones que sólo la distancia a la lectura pudo generar.