Friday, September 25, 2009

Signos del otoño

Es de mañana. Los prados de la universidad amanecieron cubiertos de hojas. No sé si llevan semanas así, pero el hecho de que la caída –el lugar común- coincida con el día preciso del equinoccio me hace sonreír.

Acabo de regresar de Puebla. Los días se sucedieron lenta y placenteramente. Y ahora al mirar las hojas y los prados no puedo dejar de recordar la descripción que me hacen mis hermanos de los días en Chicago. La diferenciación de las estaciones no es algo que de por hecho: en San Rafael los días son una sucesión de sequia, lluvias, canícula, más lluvia, mares tranquilos y disfrutables, inundaciones o huracanes, la luna de octubre que es la más hermosa, nortes inacabables y de nuevo seca. Puebla también tiene sus detalles anómalos, aunque es más seria con su promesa de lluvia a las cinco de la tarde al final del verano y principio del otoño.

En fin. Viene un periodo largo, una larga caminata que implica más que estar pisando las hojas de los fresnos. Otoño e invierno. Cosecha e incubación.

Wednesday, September 09, 2009

Últimos días

No. De momento no ajustaré cuentas con la realidad social. Tampoco con Aguascalientes, una ciudad que me ha sorprendido, que poco a poco supera mis prejuicios y me deleita con una bandeja de frutas cada mañana.
De momento soy el campo de batalla de múltiples recuerdos. Tengo pesadillas, me licuó y me fragmento y al despertar voy al trabajo como si nada.
No estoy mal. Sólo que deje demasiados asuntos pendientes, demasiada tensión inmediata me impedía el diálogo conmigo mismo. Ahora mi subconsciente esta manifestando asuntos olvidados.
Vienen días fértiles, pero tambien determinaciones necesarias.

(Quiero leer Nadja nuevamente).