Thursday, November 08, 2012

VIEW OF A OLD WEDNESDAY

Congreso. Día extraño. Gente conocida. Gente amable. Hermosas palabras. Signos reiterados. Viejas casonas desprendidas de su carácter original. Cielos azules. Memoria de Malcolm Lowry. El pasado que se viene encima. Las piedras. Piedra de Santo Tomas. Lozas de granito. Mármol. Arrastrar los pasos al caminar. Sabor a café. The youth. The never ending. Pasos de fantasmas. Los fantasmas visten elegantemente en color café y azul oscuro. Cartelones verdes invitando a comer. Cuellos de cisne y nucas trasquiladas. Ajorcas. Pasos de fantasmas S. A. Pájaros aleteando. Palomas. Olvidos y desmemorias. El deshacerse del tiempo. El triunfo de la muerte. Gog y Magog. Los dientes de la zorra que escupe los caballeros y los naipes. Terminamos cerrando el abrigo y bajando las escaleras. Pasos de fantasma. Sudor frío. Largo pasillo. Sol y Klaus Kinski. Todos los hombres estamos solos. Brotan las cornejas del suelo su aleteo inusitado.The life is a tissue. Is a new vision of the grace of God in a world without God. Trés bien. Nous pouvons vivre avec le necessaire. Surcan los aires las doncellas, el pasillo y los ladrillos. El sol en el cielo no quiere caer. El silencio de una vida que se escapa y en la noche. Goteo lácteo. Goteo sanguíneo. El orden se sobrepone. Hoy es noviembre siete.

Saturday, October 20, 2012

Encuentro

Hoy me encontré con una gran amiga. Lleva toda su vida en el ámbito público. A lo largo de la charla no pude dejar de fijarme en sus manos: son largas y de dedos finos, parecen moverse con la confianza de alguien que sabe entretejer hilos delgados y manipular materias frágiles. Su rostro me sigue pareciendo bello, aunque en estos días presenta un cansancio inmenso, no físico sino más bien mental.


El tono de su voz también tiene trazas de cansancio, de haberse empecinado en algún momento en hacerse escuchar y ahora, lista sólo a deslizar pequeñas verdades, indicios de grandes riesgos, de grietas bajo superficies aparentemente sólidas, no pierde su tiempo en oídos de maquinista.

Su cuerpo es hermoso todavía. Parte del cansancio lo explica el gimnasio y la extraña autoconsciencia de quien quiere interesar a los demás en su aspecto.
Su mundo es tan teatral como el de una actriz. La diferencia es que Lady Macbeth y las Brujas son verdaderas y se replican por centenares. Cada que toca su vida profesional y esta se entremezcla con la privada, me siento desplazado a uno o a varios de los círculos del Infierno de Dante.  La soberbia, la traición, el orgullo, la lujuria y la codicia toman cuerpo, nombre y apellido, están detrás de nombres abstractos y términos asépticos.
Al final trato de recordar las muchas ocasiones a lo largo de los años en que nos hemos visto: desde los pasillos universitarios a estas largas charlas robadas a su agenda. La viveza de los primeros años es cada vez más suplantada por una autoconfianza que deriva en dureza. Lo ideológico hace tiempo que fue abandonado y ahora priva lo procedimental. Con todo, tiene principios en comparación con el sordo mutilarse de la multitud al fondo. Algo, sin embargo, la coloca en una situación inerme - tan inerme como está la mayoría de los hombres ante los rejuegos del poder- y ese algo es su creencia en la naturalidad de estos procesos, en la profunda incapacidad humana de aprender de los errores.
La luz se extingue. Afuera cruzan rápidamente los vehículos. Por un momento volvemos a ser quienes fuimos en esos días remotos llenos de fe.
Regreso caviloso. La noche cae totalmente sobre mí.

Tuesday, October 09, 2012

Octubre gris

Llegamos al diez de octubre. Mientras escribo esto se confirma la muerte de Heriberto Lazcano y, por otro lado, se discute la pertinencia o no de entregarle el Premio FIL a Brice Echenique.

Ambos eventos, aparentemente desconectados, en realidad expresan un proceso que conforme avancen los días parecerá cada vez más obvio al observador: la redefinición de las esferas de poder e influencia entre el grupo que detentó desde el año dos mil la presidencia y el que llega. Si bien es cierto que los grupos mencionados responden a una misma visión de la política económica, no menos cierto es que bajo lo que parece unanimidad y concurso de intereses, se encuentran los conflictos y choques entre grupos de diversa índole, ahora empeñados en comenzar a definir su lugar en el nuevo estado de cosas.
No es casualidad que mencione a un choque entre la delincuencia y el estado, así como un premio literario como manifestaciones de un mismo proceso en sentido amplio. En ambos casos, se trata de grupos sociales que deben de ya definir su posición o influencia frente al nuevo detentador del ejecutivo. Diferencia clara: en el segundo caso, el ejecutivo es sólo un observador tras bambalinas, hasta hace poco ni siquiera con un titular de Cultura en su equipo de transición.
Sin embargo, hay algo común que añora los viejos días del PRI: tanto la delincuencia como los grupos de intereses en la cultura buscaban la mediación del estado. Una dinámica de sujeción y control, garrote y zanahoria, es común a ambos espacios. Por un lado el jefe de plaza, por el otro el becario del Fonca, ambos de una u otra forma necesitaban de cierta tolerancia del gobierno.
En medio del cambio que viene, mucho ruido y mucha bala tiene como destinatario al nuevo gobierno. El que se va, se va.

Wednesday, May 30, 2012

Una noche de mayo



Mientras escribo, llegan las noticias respecto las deliberaciones del movimiento #Yo Soy 132. De inicio, se puede catalogar como el primer movimiento  estudiantil universitario en más de una década. Igualmente, a diferencia del C.G.H. de 1999, surge con una agenda que no se circunscribe en su accionar táctico al campus universitario. Además, las redes sociales son la gran novedad en este movimiento al brindarles una capacidad de reacción con la que sólo se soñaba previamente.


Una constante de las aproximaciones es la comparación con el movimiento del 68. No exclusivamente con el movimiento estudiantil mexicano de 1968 que es reprimido en Tlatelolco. Más bien, con esa suerte de revolución silenciosa que implicó la irrupción de los estudiantes y, en general, la juventud en distintas latitudes del planeta. El necesario recuento – mismo que hizo Carlos Fuentes a su modo- implicaría recordar México, París, Praga, sin olvidar que sus antecedentes y derivaciones en realidad colmaron el imaginario de lo que se consideraría el ser joven las décadas subsecuentes.

Es este el punto que quiero abordar. A pesar de lo circunscrito de su protesta y lo tremendamente específico de la coyuntura en la que se presenta, la politización y la transformación de pautas sociales de comportamiento apenas ha comenzado. Si algo tiene en común esta protesta con las de La Puerta del Sol en Madrid y La Primavera Árabe, es el carácter completamente abierto de sus alcances. A su vez, las confluencias que convoque son inusitadas: frente a los más jóvenes – al igual que en 1968- se encuentran diversas generaciones con las más diversas posiciones y disposiciones frente al fenómeno del poder y sus distintas caras. A diferencia de 1968, el país hoy tiene una cierta pluralidad, una cierta vida democrática que parece ser susceptible de enriquecerse con este proceso que le cambia el rostro. Pero los retos, igualmente están ahí. Ya no devienen del Ogro Filantrópico incapaz de reconstituirse. Vienen de la misma pluralidad, del necesario aprendizaje del diálogo y la tolerancia en la acción y, por otro lado, de la tentación siempre presente del autoritarismo y la violencia. En este caso, de no ampliarse la capacidad del mismo estado y sociedad mexicana ( y en cierto sentido, global) de hacerse eco de las ansias de participación y transformación que se nos vienen encima, la violencia difusa que hoy vemos y que castiga tanto a activistas como a gente común, podría erigirse en el oscuro expediente que necesitan las castas en el poder para perpetuar el estado de cosas.

Con todo, quiero terminar con una nota de esperanza. Casi todos ubican El Gatopardo, la obra maestra de Tommasi de Lampedusa, como una novela donde el cambio de las apariencias congela el verdadero cambio social. “Que todo cambie, para que todo siga igual” es la divisa que se repite de manera inconexa en distintas fuentes. Esas palabras del protagonista se ven contradichas por la acción de la novela. Al final, en una Italia ya despojada del peso muerto de la aristocracia, el Gatopardo entrevisto en el cuerpo embalsamado de un perro se disuelve en el aire como un recuerdo inerte de una época que, pese a todas las resistencias, queda atrás.

Saturday, April 14, 2012

Urbe

Pasé un par de días en la Ciudad de México. Una noche, me tocó caminar por el Centro Histórico recién mojado por la lluvia. Eso me trajo a la memoria un relato que estoy armando, el cual todavía esta muy lejos de llegar a buen término. El punto es que retoma la idea - ya manejada por muchos- de cómo esta ciudad sobre cieno y antes sobre agua, descansa también sobre historias. En realidad, creo que pocas ciudades pueden tener una historia más desolada que ésta. O tal vez toda gran ciudad que haya pasado por un sitio la comparta.
Simplemente, de noche la Ciudad vuelve a estar surcada de canales y poblada de aparecidos. La piedra recuerda el hambre, el espanto, las discordias. Probablemente también los amores, pero ese recuerdo sólo se condensa en las habitaciones y los rincones más solitarios de los parques. Los amores prohibidos, en cambio, si suelen perpetuarse en alguna leyenda.  Por ahora, dejo a la Ciudad de México, con sus noches de frío y sus cinturones de jacarandas.