Asistí a la marcha del 1 de julio en protesta por los resultados de las elecciones del año pasado. Me interesaba sobre todo captar imágenes de esos pequeños cambios que a la larga lo son todo.
Encontré diversos indicios en diferentes ámbitos.
Lo religioso.
Cuando ví a esta jovencita no deje de estremecerme. Aunque puede ser considerada una muestra de fe y veneración, igualmente puede ser vista como la desacralización y la humanización de un símbolo alrededor del cual ha girado buena parte de la historia mexicana.
Detrás de ella se encontraba el centro institucional de la Iglesia Católica en México, la Cátedral metropolitana. A unas calles de ahí, la iglesia de la Profesa, donde precisamente los Guadalupes prepararon la caída del gobierno virreinal.
¿Qué queda de ese magma histórico que poco comprendemos? Si se le aprehende exclusivamente con la razón no se entiende nada; si nos dejamos arrastrar por el sentimiento, la percepción se obnubila. Al final sólo queda esa imagen de esfinge en medio de la gran plaza.