Me encontraba charlando con un gran amigo. Él tenía una sólida formación en diversas disciplinas filosóficas. En determinado momento le hablé de una crítica que hice a una escritora contemporánea. Él sólo me dijo:
- Bueno, sí Marco, pero esa crítica la pudo haber hecho cualquiera. En realidad estas pasando por alto cosas más graves en esa postura y no dices nada al respecto. La tuya es una crítica de escritorio. Deberías ir mucho más allá.
Hoy escuche una crítica que me trajo este recuerdo a la mente. Tan contundente, tan bien estructurada, tan a propósito para generar adhesiones y aplausos. El problema es que no iba más allá, repetía tópicos comunes y sólo buscaba patentizar una libertad de criterio que no realizaba ningún verdadero esfuerzo por aportar algo nuevo a la discusión.
Quizá estuviera bien para el contexto. Pero no basta.