Me encuentro escribiendo después de meses de abandonar mis blogs. A lo largo de los últimos meses lo que parecía una situación económica, política y social mala terminó por convertirse en el desánimo crónico. La frase tradicional: "No, no estamos tan mal" se ha cambiado por un "Todavía por acá no estamos tan mal".
Con todo, no puedo dejar de reconocer que estoy en la parte amable de un escenario cambiante. Suelo tomar fotos de mi camino, charlar con mis alumnos de temas en absoluto relevantes - algunos sí- y leer cómodamente los textos de mi interés. Sin embargo, lo que realmente resulta insoportable es la falta de ideas, la falta de proyectos colectivos creíbles. No quiero decir con ésto que lo individual este esplendoroso, pero pareciera que se ha dejado de lado la necesidad de tomar en serio los problemas y se prefiere simular a toda hora.
En fin, para mí no hay otro momento sino este.