Wednesday, July 08, 2009

Mi testimonio de Gilberto Castellanos

Ayer tuve el honor de atestiguar la lectura de una serie de poemas inéditos de Gilberto Castellanos (Ajalpan, 1945). Para quienes no lo conocen es necesario saber que Gilberto Castellanos es el vínculo entre la tradición poética mexicana de la primera mitad del siglo XX (misma que pervivía en una serie de agrupaciones y personalidades cuya actividad pudo apreciar el autor en su juventud) y las nuevas generaciones y sensibilidades.
Profesor normalista, funcionario cultural, pero sobre todo un poeta de innegable disciplina y rigor, Gilberto Castellanos compartió con mi grupo de postgrado una charla hace años, donde nos reveló la tremenda exigencia de concentración que se impone aún en nuestros días. En aquel entonces, alertaba sobre los medios de distracción masiva y la imposibilidad de crear poemas de gran aliento, concebidos desde su proyección como obras abarcadoras de una totalidad poética, si el poeta previamente no había educado su capacidad de concentración de manera que pudiera sostener la tensión e intensidad del poema a lo largo de todo un libro. Particularmente recuerdo su insistencia en la entrega a un trabajo constante de escritura y revisión en las horas nocturnas, animado por una capacidad de concentración educada, por ejemplo, en la observación de películas que, como las soviéticas, exigían atención durante un tiempo mayor al del cine comercial norteamericano.
La lectura del día de hoy, mostró a un Gilberto Castellanos inmerso en una doble lucha. Por un lado, una lucha con su propia obra, buscando descubrir y redefinir sentidos y caminos para su poesía frente a condiciones mucho más adversas de las que comúnmente podríamos pensar. Por otro lado, una lucha contra las limitaciones que le impone su estado de salud. En realidad el contraste entre los signos y secuelas de la enfermedad física y la lucidez mental más absoluta no deja de imponer.
Hoy Gilberto Castellanos no es sólo el poeta que ganó en 1982 el Premio Latinoamericano de Poesía con Mirar del Artificio. Hoy es un poeta que esta luchando por su poesía en un contexto en que alguien menos valiente habría callado. ¿Cómo le hace? Su secreto es un espíritu forjado en la disciplina y el rigor poético contra todas las pequeñas distracciones cotidianas. Gilberto hace hoy lo que hizo siempre: no dejar que lo interrumpan cuando escribe.

1 comment:

Moisés Ramos Rodrìguez said...

H. Puebla de Zaragoza, a 7 de abril de 2010

Murió este día el poeta poblano Gilberto Castellanos


*Es considerado el introductor de la poesía moderna en Puebla; su obra abarca diez volúmenes y dos inéditos en prensa

*Recibió un homenaje en Bellas Artes y la medalla al Mérito Civil en el Ayuntamiento

El poeta poblano Gilberto Castellanos Tenorio murió este día, aproximadamente a las 14:00 horas en el hospital del ISSSTEP, debido a complicaciones de un mal renal que padecía desde hacía años y por el cual se le realizaba una diálisis dos veces a la semana desde hace algunos meses.
Pintor, dibujante, narrador, ensayista, promotor y periodista cultural, Castellanos Tenorio recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México el pasado 25 de enero, cuando presentó su más reciente poemario, Omnívaga, publicada por la Dirección de Fomento Editorial de la BUAP, en cuyo Paraninfo presentó el volumen, con obra gráfica suya durante la primera quincena de ese mes.
Castellanos Tenorio, nacido en Ajalpan, Puebla, el 11 de julio de 1945, dejó una obra que abarca diez volúmenes, pero en días pasados había entregado el original de un poemario más a la Dirección de Fomento Editorial –la cual lo publicará este año—y se sabe que trabajaba y casi había terminado la revisión de un libro más, Bazar de asombros.
Pionero en el periodismo cultural en la televisión local, Gilberto Castellanos fue director de la Casa de Cultura de Puebla de 1970 a 1994, donde impulsó, entre muchos otros programas, el dominical “Un domingo, un poeta”. El año pasado, el Ayuntamiento de la Angelópolis le entregó el Premio al Mérito Civil.
En el año 2008 el gobierno del estado de Puebla le dio a Castellanos Tenorio el “Reconocimiento por su trayectoria y a portación a la cultura de Puebla” y se propuso que el Instituto Tecnológico de Ajalpan lleve su nombre.
El pasado año 2009, en las Jornadas Internacionales de Poesía se le rindió un homenaje al poeta Gilberto Castellanos, en el Espacio 1900, con la lectura crítica de su obra por parte de diversos especialistas.
Universitarios, poetas y escritores varios desde hace algún tiempo propusieron que el Consejo Universitario le otorgara el doctorado honoris causa a Gilberto Castellanos, cuya obra está pendiente de ser debidamente conocida y estudiada en la academia poblana.
La obra de Castellanos Tenorio incluye El mirar del artificio, Premio Latinoamericano de Poesía INBA 1982; Yacimientos del verano, Rama del ser, Semillas de barro, Arcángide, Caudal, Letranía, Savia, Omnívaga y Como podar la luz, el cual reúne sus primeros siete libros.
A Castellanos Tenorio le sobrevive su esposa, la profesora Silvia Castro, sus dos hijas, dos hijos y una nieta.