Wednesday, March 22, 2006

¿El viaje se ha cancelado?

En lugar de palmeras ficticias o gigantescos insectos reales, me encuentro encerrado entre papeles, libros y más libros. El papel, de vez en vez, deja de registrar mis apuntes y en él trazó dibujos de corte fantástico.
De cuando en cuando me asaltan imágenes. Si leo sobre Martí, vuelvo a mi memoria de Graham Greene, ahora en Cuba. Y Graham me remite a Hemingway. Y Hemingway a la caña verde y sus floraciones como plumeros.
Nunca he pisado Cuba. Imagino edificios largos y de fachada blanca como los del puerto de Veracruz. Y pienso en rostros negros y cabellos rizados. Y recuerdo una caminata nocturna por el puerto, sabor a sal y sospecha de brujería incluido.
En casa de mi abuelo había butaques. Eran una especie de bastidores de madera entre los que se extendía cuero de venado. Servían para sentarse. En la pared había cuernos de venado y temazate para colgar los sombreros. Cuero y cuernos eran del mismo venado, muerto en tiempos del bisabuelo. En el tapanco, húmedo, polvoso, repleto de hongos, se guardaban los libros. No me creo tan lejos de ellos. Mis abuelos y mis padres son una extraña mezcla de estabilidad y errancia. Parecen no haberse movido nunca. Sólo parecen.

1 comment:

Anonymous said...

No lo canceles, reprogama, renueva, y cancela muchas cosas, pero viajar debe ser parte del cada día, creo
Ana