Thursday, February 23, 2006

Primer viaje

Bajo de un ferrocarril luego de horas de viaje. La gente se amontona incluso sobre los vagones. Camino por los andenes buscando la salida más próxima. En todos lados, hombres, mujeres y niños apretándose unos contra otros.
Va a caer la noche. La luz amarillenta del horizonte se ve atravezada por sombras lejanas que se proyectan en el cielo. A lo lejos, la silueta de los cocoteros me indica que estoy de nuevo cerca del mar, cerca de los calores agobiantes y del golpe de los vientos estacionales sobre el continente.
No sé cual es el siguiente punto del viaje pero, por lo menos hoy, no podré seguir avanzando. La noche y sus aromas me invitan a buscar un lugar donde dormir.

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El anterior es el fragmento de un relato que aún no termino. Quizá nunca sea terminado pero me sirve de pretexto para volver a algunos de mis textos más apreciados: aquellos que muestran el trópico o la costa tal y como sólo alguién radicado en territorios frios puede hacerlo. En principio, recuerdo la reconstrucción ficticia del Panama de Omar Torrijos por Graham Greene en El General. Aunque aún no estoy en condiciones de opinar sobre El poder y la gloria, texto que apenas estoy leyendo, las imágenes de Tabasco me resultaron, más que poco atractivas, reveladoras del poco aprecio en que tuvo Graham al estado. Federico Patan, en su libro También Virginia Woolf, refiere en un ensayo que la visión de Greene hacía el otro es de rechazo, de poca simpatía. Ahora bien: entre el Greene que escribió la novela y el que acompaño a Torrijos durante el proceso de negociación respecto a la soberanía del canal, median tantos años y tantas experiencias que esta visión ha cambiado, las antiparras del joven reportero y agente inglés se han llenado de la humedad del trópico y, whiskeys con Omar aparte, el narrador se descubre empático con esta tierra extraña que tanta fascinación le causa.
Evidentemente hay muchos más relatos que se ocupan de esta temática. Punto y aparte, por ejemplo, merece ese anarquista anónimo cuya foto yacente apareció en Life: B. Traven.
En tanto, quedamos en que las sombras de los cocoteros...

3 comments:

Marco Antonio Cerdio Roussell said...

¿Reconstrucción ficticia? Esto de escribir a vuela pluma me obliga a las erratas: era "no ficticia".
Valgame Dios.

Kamui said...
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Anonymous said...

Marco, quita este comentario en cuanto lo leas, x favor.
Señor, eres muy bueno en mirar y observar, en dar color. Pero algo te falta, y es fluidez, pero OJO, eso no quiere decir ser más veloz, sino lo contrario. No me cambies la mente de un escenario a otro y otro más todo el tiempo, miles de grandiosas ideas y ninguna desarrollada. Me mareas!Mejor, luego de abrirme los ojos a ella déjame saborearla con la boca, jalarla, respirarla, haciendo que ella me vea a mí. Mete a tu pripia persona, a tu ser completo en cad una de ellas, en lo q estás diciendo, hazte inolvidable para quien lo leyó. Traga ya eso que no te deja ser. Trágalo y luego cágalo, pero tiene que entrar, con un poco de azúcar la píldora que os dan, si quieres, pero no la juegues más. Y si vas, hazlo en serio.
Perdóname x escribir este comentario.
Ya sabes quién