Friday, February 24, 2006

Viernes último de febrero

Este viernes me ha parecido uno de esos palacios virreinales en que uno no acaba de encontrar la puerta de salida. Ya hace demasiado calor, aparecen cartelones de propaganda gubernamental en los postes y, en cierta forma, uno confirma que las tolvaneras, las hemorragias nasales y la falta de imaginación estan a punto de florecer.
Alguién me pidió una charla sobre Ignacio Solares. Y sin embargo, yo soy muy reacio a hablar de escritores vivos. Aún de los buenos. Creo que no hay suficiente distancia crítica. Tal vez, de Solares me interesaría la manera en que participa en un proceso muy interesante: la recuperación, o más bien, reconstrucción del periodo fundacional de la nación mexicana en la literatura, ese periodo amargo entre 1821 y la revolución de Ayutla, por lo menos. En particular, el santanismo y la guerra de 1847. Claro, ese no es un problema de 1847. ¿Por qué tantas obras -México mutilado, El seductor de la patria, incluyendo la de Solares que se me escapa-justo en esta epoca post-T.L.C.A.N?
Eso sería interesante. Lamentablemente, lo que tiene la realidad en común con el citado palacio virreinal es que, de repente se toma una vía para salir y acaba uno en el patio de servidumbre, abandona el patio de servidumbre queriendo escapar por la claraboya y no, ahora estas en el anexo a Palacio.
¿Qué estarán haciendo mis amigos y amigas de Zacatecas? Por ahí tengo un testimonio de furia feminista avasalladora contra dos buenos muchachos que sería una delicia compartir en esta época.
Mais non, aujurdhui no. Le soir cést jeune et le blog aussi.

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